Afortunadamente, en los últimos años se ha hecho cada vez más evidente la necesidad de cambiar nuestro modelo de consumo lineal (fabricar-usar-tirar), por un modelo circular, en el que se dé prioridad a la reutilización de los productos y de los envases. Cuando esta reutilización no es posible, se deberían emplear materiales más respetuosos con el planeta, como serían los materiales biodegradables o compostables, que cierran el ciclo de la naturaleza.
A pesar de los avances, todavía nos queda mucho por hacer y la crisis climática sigue siendo un grave problema al que nos enfrentamos. Como siempre decimos en Cero Residuo, las acciones individuales cuentan y mucho. Por ello, hoy os queremos explicar qué significa exactamente que un material, producto o envase sea biodegradable o compostable, qué ventajas tiene esto y si verdaderamente la solución a la contaminación por plástico pasa por el empleo de estos materiales, para que como consumidores podamos tomar decisiones con conocimiento.
Diferencia entre Biodegradable, Compostable y Degradable
Cuando hablamos de degradación, hacemos referencia a que algo se descompone y desaparece visualmente, por fragmentarse y convertirse en trozos más pequeños. Los plásticos provenientes del petróleo son materiales degradables (o oxobiodegradable) que, en presencia de oxígeno, calor y de rayos UV, pierden resistencia mecánica, se fragmentan y desaparecen de nuestra vista. Esto tarda siglos en ocurrir y, en realidad, estos plásticos nunca desaparecen del todo, pues se convierten en microplásticos que permanecen en la naturaleza, contaminando el medio ambiente y afectando a toda la cadena trófica.
Por otro lado, un material biodegradable se descompone naturalmente por la acción de organismos y microorganismos vivientes, sin necesidad de agregar productos químicos, dando como resultado agua, metano y CO2. Así, estos materiales desaparecerán completamente en la tierra pasado un tiempo, cerrando el ciclo de la naturaleza.
Finalmente, que algo sea compostable significa que ese producto se biodegradará, pero dando como resultado abono o compost de calidad. No solo eso, sino que un material compostable tarda menos en biodegradarse y lo hace en unas condiciones específicas. Así, hay materiales que son compostables en condiciones industriales y otros en condiciones domésticas; la diferencia principal se encuentra en la temperatura y el tiempo.
En resumen, todos los materiales compostables son obligatoriamente biodegradables (ya que pueden ser digeridos por microorganismos) pero no todo lo biodegradable se convertirá en un abono de buena calidad (es decir, no todo lo biodegradable es también compostable).
Cómo reconocer un producto Biodegradable o Compostable
Ahora que los conceptos básicos quedan claros, es el momento de ver cómo se traslada esto a nuestro consumo diario. Existen materiales que por su naturaleza ya se sobreentiende que son biodegradables y no hace falta que lleven un sello que lo acredite. Pasa así con cualquier material de origen vegetal, como la fruta o verdura, o de origen animal. En nuestra tienda, las esponjas de luffa, los estropajos de coco o de esparto son solo algunos ejemplos de materiales 100% biodegradables.
No obstante, las nuevas tecnologías han permitido que hoy en día también se pueda hablar sobre la biodegradabilidad de materiales creados por el ser humano, como los bioplásticos. Su aspecto es similar al plástico derivado del petróleo y por ello es preciso que se incorpore un sello que acredite que efectivamente son biodegradables o incluso compostables, y en qué condiciones lo son.
Los sellos más fiables a nivel europeo son los emitidos por la entidad certificadora TÜV Austria-Vinçotte y son:
- OK Biodegradable: determina el tiempo necesario para la biodegradación y el entorno necesario para ello: agua, aire o tierra.
- OK Compost: dentro del cual encontramos el OK Compost Home, si es posible hacer compost en casa, o OK Compost Industrial, si se necesita una planta de compostaje industrial para conseguirlo. Por ejemplo, las bolsas con recarga de pasta de dientes en polvo de Mínima Organics cuentan con el sello OK Compost.
¿Dónde se deben desechar estos residuos? Según la AMB, los residuos biodegradables y compostables deben ir al contenedor marrón de orgánicos, excepto los platos y vasos biodegradables de papel que, si están limpios, deberían ir al contenedor azul.
Envases Biodegradables o Compostables: ¿Son la solución?
Sin duda que algo sea biodegradable o compostable es muy positivo, porque se fomenta una economía circular, en la que los residuos orgánicos no son residuos sino recursos, al convertirse al final de su vida útil en abono de alta calidad utilizable en agricultura.
Pero para que algo se biodegrade correctamente es necesario garantizar que se dan las condiciones óptimas para ello. Por poner un ejemplo, una cáscara de plátano es algo que se biodegrada muy rápido, pero si está en las condiciones adecuadas de luz, tierra y humedad. De lo contrario, una cáscara de plátano en un entorno sin agua ni luz, como podría ser dentro de una bolsa de plástico, tardará años en hacerlo. Lo mismo ocurre con los bioplásticos o materiales biodegradables o compostables. De entrada, pues, tenemos que asegurarnos que, como consumidores, desechamos estos residuos de forma correcta para su buena gestión posterior.
Pero no solo eso: los avances en la creación de nuevos productos son muy rápidos y no todas las plantas de tratamiento de residuos orgánicos pueden garantizar un correcto tratamiento de estos nuevos materiales. De ahí que la verdadera solución pase por priorizar los productos reutilizables, ya sean de vidrio, de acero inoxidable o de otro material más sostenible. Si la utilización de productos desechables es inevitable, entonces mejor buscar aquellos que cuenten con el sello OK Compost.