Hoy querríamos compartir datos científicos sobre la contaminación marina para concienciarnos, si no lo estamos ya, de la importancia de nuestro consumo habitual, en relación a artículos como las bolsas de plástico o las toallitas húmedas.

A menudo leemos o escuchamos noticias sobre la contaminación marina, la cantidad de plástico que se está “pescando”, como si se tratara de una especie nueva (ay, si Darwin levantara la cabeza… ).

Seguro que habéis visto imágenes de aves con múltiples piezas de colores en sus estómagos. En el 2015 se publicó un estudio sobre aves y el nivel de plástico hallado en su interior, realizado por CSIRO, Agencia de investigación científica australiana conjuntamente con el Imperial College de Londres. Una de las conclusiones de dicho artículo científico ha sido ampliamente comentada: la ingestión de plásticos está aumentando en las aves marinas, y pronostican que en 2050 alcanzará el 99% de todas las especies, y que la gestión eficaz de los residuos puede reducir esta amenaza.

2-Gabiota contaminada plásticoOtro artículo científico a destacar es el publicado en el 2013 por el Institut de Ciències del Mar – CSIC. Sus autoras (Sánchez, et al) examinaron la distribución de basura marina en diversas áreas del Mediterráneo (Italia, Grecia y en las costas murciana y catalana). Uno de los resultados del estudio mostró que de las 555 piezas de escombros recogidas los artículos más abundantes eran las bolsas de plástico y los trozos de bolsas, correspondiendo a un 37% del total.

En relación a estos datos sobre bolsas de plástico, querríamos citar el Proyecto Upcycling the oceans: iniciado en el 2015 por la Fundación Ecoalf. Durante el 2019 los 2602 pescadores colaboradores de 40 puertos de la costa española llegaron a recoger 152 toneladas de basura marina, 9% correspondiente a polietileno tereftalato (más conocido por sus siglas en inglés: PET).

Recientemente he tenido la oportunidad de asistir a una reunión en una de las cofradías asociadas al proyecto, con varios de sus agentes implicados. Los pescadores citaron que llevan más de dos décadas “pescando” y recogiendo los residuos que han encontrado en nuestras costas. Indicaron que en el fondo marino hay residuos de todo tipo y que según el estudio estacional y por estratos de profundidad de la basura y de los plásticos en el que ellos participaron (publicado en el 2012) los que predominan son los de plástico, tanto en número como en peso. Del 62% de plástico recogido en aquel estudio, las bolsas y las botellas representaban el 52% del total en número y el 56% del total en peso. Hace algún tiempo encontraban más bolsas y envases de plástico enteros, pero en la actualidad los pescan ya desechos, así que encuentran menos bolsas que han sido tiradas hace poco. Finalmente comentaron que en tan solo 2,5 horas de pesca pueden llegar a recoger entre 200 y 300 toallitas húmedas, con multitud de peces adheridos.

Hablando de toallitas húmedas… al tirarlas al retrete se provocan atascos complicados, averías en la red de saneamiento, obstrucción de bombas, problemas en las depuradoras, etc., todos ellos caros de solucionar y que son pagados entre todos los consumidores mediante las facturas del agua, utilicemos o no dichos productos. En última instancia, como se ha comentado anteriormente, las toallitas llegan en muchos casos al mar, contribuyendo así a la contaminación marina.

3-Pescadores pescan plásticoPescadores, armadores y patrones de Palamós

En el reciente y completo estudio realizado por la Fundación Rezero con la colaboración de Break Free From Plastic, Zero Waste Europe y Reloop, se cita que en los 28 estados miembros de la Unión Europea, durante el 2017 se consumieron una media de 1kg de toallitas húmedas por habitante y que éstas se encuentran entre los 10 productos plásticos de un solo uso más comunes en el medio marino de la U.E. Esos 10 productos representan el 86% del plástico de un solo uso de los residuos encontrados en las playas y son los responsables de la mitad de los residuos plásticos marinos.

Existen diversas iniciativas para cambiar el destino de miles de toallitas de un solo uso, modificando así hábitos poco respetuosos con el medio ambiente. Una de ellas es la campaña de concienciación iniciada en el 2017 por parte de la empresa metropolitana de gestión del ciclo integral del agua, Aigües de Barcelona, S.A. Su nombre no daba lugar a dudas: “Stop toallitas. El váter no es una papelera”. Su objetivo era informar a la población de diversos municipios para que no tirara sus residuos sólidos al váter. Durante esta campaña se repartieron pequeñas papeleras, carteles, adhesivos y trípticos. En la zona estudiada y durante el 2018 se registró una disminución del número de residuos lanzados al váter. Aun así, a pesar de iniciativas como esta, el uso de este tipo de artículos de higiene sigue en auge y se continúan pescando en nuestras costas. La cuestión, por tanto, no es dejar de utilizar el váter como si de una papelera se tratase sino sencillamente de evitar el uso de estas toallitas en nuestros hábitos de higiene diarios. Existen varias alternativas, como esponjas naturales, toallitas de ropa lavables, papel higiénico reciclado, etc.

Concluyendo: ¿necesitas más razones de peso para dejar de aceptar bolsas de plástico de un solo uso o de utilizar toallitas húmedas? Esperamos que no…

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Esther Peñarrubia

Esther es Doctora en Ingeniería Agrónoma, traductora del best seller Zero Waste Home de Bea Johnson, tanto al castellano como al catalán y activista del Residuo Cero. Está especializada en dar charlas sobre la reducción de residuos.

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