Cuidar del planeta es cuidar de nosotros, y al revés. El origen del ser humano se remonta a las mismas moléculas que originaron el resto de vida en la Tierra, así que esos mismos productos que generan una infinidad de residuos imposibles de ser procesados por la naturaleza son productos que también ponen en jaque nuestra salud presente y futura.
Los productos cosméticos son un buen ejemplo de ello. ¿Sabías que las mujeres, de media, aplican diariamente unos 12 productos que pueden contener hasta 168 ingredientes? Pero en los hombres las cifras tampoco son bajas, pues ellos se aplican una media de 6 productos a diario con hasta 85 ingredientes distintos[1].
¿Qué son los ftalatos?
Algunos de los componentes más perjudiciales en la cosmética tradicional son los ftalatos, componentes que, aunque la regulación Europea limita su uso, despiertan cierta alarma. Y es que no es algo anecdótico que se produzcan fraudes, mala praxis o que se pasen por alto productos importados que los contengan.
Por otro lado, las estadísticas no suelen tener en cuenta las exposiciones a ftalatos debido a que éstos no figuran en las etiquetas de ingredientes del producto cuando son componentes de las fragancias, a pesar de que estén presentes[2].
Puede que, antes de empezar a preocuparte, te estés preguntando qué son exactamente estos componentes… Los ftalatos son sustancias químicas sintéticas que se utilizan para suavizar el plástico de vinilo, por lo que también se les conoce como ‘plastificantes’.
En cosmética, los ftalatos son sustancias químicas que ayudan a que los olores se adhieran a la piel y perduren o que actúan como fijadores en lacas de uñas o de pelo, por ejemplo. Pero cuidado, que también podemos encontrarlos en alimentos contaminados, juguetes y materiales de construcción.
Existe en la actualidad evidencia científica que demuestra el efecto de la exposición a algunos ftalatos en el desarrollo de la obesidad y la diabetes mellitus tipo 2[3]. Estos componentes son disruptores endocrinos, es decir: partículas externas que cuando penetran en nuestro organismo pueden interferir con la actividad natural de hormonas como los estrógenos y los andrógenos. Esto, en consecuencia, produce efectos adversos sobre el desarrollo y la reproducción en hombres y mujeres[4].
Solemos ignorar el grave impacto de este tipo de componentes en productos de uso diario debido a que el efecto no es inmediato (como ocurre, por ejemplo, ante una reacción alérgica). Sin embargo, el daño que ocasionan es silencioso y va causando estragos en nuestra salud física con el paso del tiempo.
¿Cómo evitar los ftalatos?
Probablemente a estas alturas querrás saber qué debes buscar en un producto cosmético para asegurarte de que sea respetuoso con tu salud hormonal. Tal como nos cuentan desde la web www.libresdecontaminanteshormonales.org, creada por un equipo de Ecologistas en Acción:
“Como consumidores, podemos evitar o reducir la exposición a estos tóxicos comprando productos de higiene y cosmética que no tengan entre sus ingredientes DEP, DEHP (dietil hexil ftalato), DINP (di-isononil ftalato), DIDP (di-iso-decil ftalato), DMP (dimetil ftalato), etc. Más fácil es comprar directamente productos naturales sin sustancias tóxicas, sin fragancias o con fragancias 100% naturales. “[5]
Productos que cumplen estos requisitos son todos los que puedes encontrar en Cero Residuo. Disponen de una amplia gama de cosmética natural hecha con ingredientes ecológicos y sin ftalatos.
Querer evitar de un día para otro esta gran exposición a tóxicos que actúan como disruptores hormonales puede ser todo un reto, pero cada acción dirigida hacia ese objetivo cuenta.
- Si quieres empezar a hacer cambios en tus rutinas de cuidados diarios, hazlo poco a poco. Lo más recomendable es que pongas primero el foco en aquellos productos que permanecen durante más tiempo en contacto con tu piel: hidratantes, perfumes, maquillaje…
- También deberás tener en cuenta que en las primeras semanas tras empezar a utilizar productos de clean-beauty, pueden producirse brotes en la piel. Sin embargo, no debes alarmarte, ya que ésta es la manera que tiene el cuerpo de purgarse naturalmente de toxinas y contaminantes. La belleza tradicional está hecha de tantos químicos que estas toxinas quedan atrapadas bajo la superficie de la piel y el torrente sanguíneo… Por tanto esta ruptura que permite liberarte de toxicidad es normal, beneficiosa y relativamente rápida.
Recuerda que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y la capacidad de absorción de partículas tóxicas y disruptoras es enorme. Hoy en día tenemos alternativas cosméticas sanas y respetuosas con nosotros y el medio ambiente, por lo que ya no tenemos que renunciar a rutinas de autocuidado que nos cuiden por dentro y por fuera.
[1] https://www.ewg.org/news-insights/news/2004/12/exposures-add-survey-results
[2] https://www.redaccionmedica.com/secciones/dermatologia/la-aemps-descarta-retirar-cosmeticos-con-trazas-de-metales-pesados-6675
[3] https://link.springer.com/article/10.1007/s12020-016-1158-4
[4] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0045653519305922
[5] https://www.libresdecontaminanteshormonales.org/2015/07/16/fragancias-venenosas/