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¿Puede la práctica del yoga ayudarnos a cuidar del planeta? Según la OMS, esta práctica milenaria sí nos permitiría hacernos más cuidadosos y responsables con el medio ambiente, al concienciarnos sobre la problemática del cambio climático desde nosotros mismos.
Yoga como respuesta al cambio climático
No es ningún secreto que la práctica habitual del yoga nos acerca a la naturaleza. El simple hecho de conectar con nuestra respiración, hacernos conscientes de cómo funciona nuestro cuerpo, de controlarlo, nos acerca a nuestra propia esencia y también a la esencia de la naturaleza. Ser más conscientes de nuestro cuerpo nos hace también ser más conscientes del medio que nos rodea.
Esta práctica milenaria es mucho más que un ejercicio físico: es la unión de la mente, el cuerpo y el espíritu, en armonía con el entorno. Y, desde sus inicios, ha fomentado el respeto a la naturaleza. Sin ir más lejos, solo hay que ver los nombres de las posturas o asanas más conocidas: la flor de loto, el árbol, la montaña, la cobra, y muchísimas otras. Todas ellas hacen alusión a la naturaleza que nos rodea.
Así, como afirma la OMS: ‘’El yoga (…) es una disciplina que ayuda a cambiar el estilo de vida de quien la practica y sus beneficios trascienden el cuerpo y la salud de la persona, alcanzando a su entorno. Más aún, el yoga puede ayudar a proteger ese entorno y a hacer frente al cambio climático que amenaza al planeta’’.
Y es que el planeta necesita una sociedad de personas conscientes, respetuosas y en armonía con el medio, y el yoga puede ayudarnos a conseguir esa sociedad. Ahmed Soliman, biólogo científico del medio ambiente, es también maestro de yoga a tiempo completo, y él lo tiene claro: el yoga puede hacer una diferencia y cambiar los comportamientos destructivos del planeta.
El Yoga nos ayuda a encontrar el equilibrio con el medio ambiente
Como afirma Soliman, que trabajó codo con codo con la OMS para elaborar el informe sobre yoga y medio ambiente, todo ecosistema necesita un equilibrio para funcionar.
El cambio climático no es más que un desequilibrio que ha tenido lugar como consecuencia de los excesos y el consumo excesivo de la sociedad y de nuestro estilo de vida actual.
El yoga nos permite encontrar nuestro equilibrio interior, y cuando estamos en equilibrio, estamos más felices y somos más conscientes: nuestros hábitos cambian, nos damos cuenta del impacto de nuestras acciones, de cómo contaminamos, y la necesidad de encontrar el equilibrio también con nuestro entorno se hace evidente.
Yoga y Zero Waste: estilos de vida que pueden ayudar a salvar el planeta
Como hemos visto, la práctica del yoga nos convierte en individuos más conscientes y respetuosos con el planeta. Y esto nos lleva a querer cambiar hábitos diarios. ¿Te suena esto con otro estilo de vida? ¡Claro! Esto es también lo que buscamos los que queremos vivir de forma Residuo Cero. Porque el impacto de nuestras acciones diarias en la Tierra es importante, ¡y mucho!
Por ello, no es de extrañar que muchas de las personas que vivimos de forma Zero Waste, seamos también practicantes de yoga, queramos vivir en hogares más minimalistas, consumamos cada vez menos… Porque, como hemos visto, todos estos conceptos están en verdad relacionados.
Si dejamos de utilizar plásticos desechables, controlamos nuestro consumo de agua o realizamos pequeñas acciones para hacer nuestro estilo de vida más sostenible, todos podemos contribuir a mitigar el cambio climático. La solución pasa por utilizar los recursos que nos ofrece el planeta de forma sostenible y equilibrada, sin extremos.
Como vemos, practicar esta disciplina con regularidad nos ayudará a cuidar del planeta. Y para empezar a hacer yoga no se necesita ser un atleta de élite, como concluye Soliman, «quien puede respirar, puede hacer yoga».
