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Foto ropa plegada

“Se me está estropeando el abrigo, me toca darle la vuelta”

Mi madre me contó hace tiempo que cuando era jovencita tenía un solo abrigo que le hizo mi abuela, porque antes se sabía coser en la mayoría de las casas. Este abrigo le duraba años, y cuando se estropeaba, mi abuela lo descosía, le daba la vuelta al tejido y lo volvía a coser. Y el abrigo seguía durando muchos años. Si quedaba pequeño se donaba a hermanos, primos o amigos más pequeños. Cuando el abrigo ya estaba del todo estropeado, se aprovechaban los botones y la tela todavía se usaba para trapos. Trapos que, al fin y al cabo, estaban hechos con tela de fibras naturales y de calidad así que también duraban otros muchos años. Cuando ya los trapos eran inservibles pasaba el trapero a recogerlos que a su vez los reacondicionaba o los deshilaba para venderlos a talleres o imprentas para la fabricación de papel. Un papel que, por cierto, tenía mucha mejor conservación que el que se produce actualmente y que, por supuesto, era también biodegradable. ¿Cuánta vida útil ha tenido ese abrigo?

 

Foto chiffonnier - trapero

Le chiffonnier. El trapero. Fuente: Passion provence

 

“Me he cansado de este abrigo, me toca comprar uno nuevo”

Ahora es posible que tengas más de un abrigo en tu armario y que a lo largo de tu vida hayas tenido varios. Unos te habrán dejado de gustar, otros se te habrán estropeado antes de lo previsto, otros simplemente han pasado de moda. Pocos abrigos estarán hechos de fibras naturales, la mayoría serán sintéticas o mezclas, mucho más difíciles de separar para reaprovecharlas.

Si no te gustan a ti, es posible que no les guste a tus hermanas, familiares o amigas o que te dé vergüenza dárselo por las bolas que tiene la tela o porque ha pasado de moda. Además tus amigas también tienen un montón de abrigos, quizás no les cabe en el armario.

¿Qué hacemos con este trasto? Lo donamos en un contenedor específico para ropa usada y que no estamos seguros dónde acaba. Pero así nos quedamos tranquilas y nos quitamos un peso de encima. Un contenedor que por cierto rebosa cada día de bolsas de ropa porque nadie sabe ya qué hacer con ella.

Foto contenedor de ropa desbordadoY éste es el problema. La industria de la moda nos ha atrapado. Hemos entrado en un bucle de compra frenética, ropa de mala calidad, fabricada en condiciones de explotación, con tejidos que vienen de lejos, sintéticos o llenos de pesticidas. Temporadas que duran 15 días, al igual que la ropa que te ofrecen y que marcan un estilo tan temporal que la ropa que aguanta un poco más ya te ha dejado de gustar.

Compramos ropa para ir a trabajar, ropa para salir de fiesta, ropa para ir a la playa, ropa para ir a la montaña, ropa para hacer deporte, ropa para estar por casa, ropa para dormir. Muchas prendas no te has atrevido a ponértelas más de una vez, otras aún conservan la etiqueta. ¡Cuánto tiempo perdido yendo de compras!

 

¿Donar la ropa? Por supuesto, pero sobre todo reducir su consumo

¿Y qué hacemos con la ropa que ya no queremos? Deshacernos de ella es genial, y donarla es probablemente la mejor opción. Pero según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) cada español se deshace de 7 kg de ropa al año lo que supone un total de 160 millones de kilos de ropa cada año, y esta cifra va en aumento. Mucha de la ropa donada no es aceptada por estar fuera de moda, tener defectos o porque no se vende. Su calidad ha empeorado tanto que gran parte no se puede reaprovechar y termina en vertederos para acabar siendo basura.

Vaciar el armario está muy bien y es necesario, pero que no sea para volverlo a llenar sin consciencia ni control. Ahora que se ha puesto tan de moda el método KonMari, y yo me considero una gran adepta, nos estamos dando cuenta de la cantidad de ropa que tenemos en el armario y también del esfuerzo que supone vaciarlo. Eso nos ayuda a vigilar bien lo que entra en casa para que no se nos vuelva a desmadrar la acumulación de ropa, a comprar prendas que de verdad nos gusten y a ahorrar tiempo en decidir qué nos vamos a poner, que también está bien.

Pero si necesitas sustituir alguna de las prendas que tienes, antes de comprar ropa nueva puedes intentar varias cosas:

  • Alargar la vida de la ropa que tenemos cuidándola, lavándola lo justo y a temperaturas bajas, con detergentes ecológicos y a poder ser sin suavizante
  • Upcycling de nuestra ropa, transformándola en piezas personales y originales
  • Comprar ropa de segunda mano. Actualmente es relativamente fácil encontrar ropa de segunda mano tanto en tiendas físicas como en páginas web y también en aplicaciones para móvil. Hablé de ello en un artículo anterior, lo puedes leer aquí

Si no te convence ninguna de estas opciones intenta, en la medida de lo posible, comprar menos ropa, que sea de calidad, de comercio justo, local, atemporal y a poder ser de tejidos naturales y orgánicos.

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Cero Residuo

Cero Residuo es una tienda online de productos Zero Waste o productos que no generan residuos. Son productos reutilizables o biodegradables que substituyen a los productos de usar y tirar para minimizar el impacto de nuestra huella ambiental.

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