¿Cómo llevar un estilo de vida Minimalista?

La RAE define el minimalismo como una tendencia que busca lo esencial y elimina lo superfluo. Para muchas personas más que una tendencia es un estilo de vida. Se empieza siendo minimalista en una parcela de nuestra vida y acabamos siéndolo en todos los ámbitos. Esa es la idea. De hecho, encaja muy bien con la perspectiva Zero Waste, asociada a la gestión responsable de los recursos. ¿Podemos vivir igual de bien con menos? ¿Podemos ser igual de felices con menos? ¡Claro que sí! Te contamos cómo llevar un estilo de vida minimalista.

¿Dónde y cuándo surge el minimalismo?

El minimalismo surgió en Nueva York en los años 60. Apareció en el área del arte como una reacción a las corrientes artísticas de aquel momento, en especial, al arte pop y al realismo. Fue un filósofo inglés llamado Richard Wollheim quien empleó este término por primera vez en un artículo publicado en 1965. En él defendía el arte minimalista que, a pesar de no estar sobrecargado, encierra un elevado contenido intelectual. Poco a poco esta corriente fue extendiéndose a otras disciplinas y a otros ámbitos. Alcanzó la arquitectura, la música, el diseño, la gastronomía y, cómo no, el estilo de vida. Las ventajas de esta forma de vida a priori parecían numerosas:

Libertad financiera

La libertad financiera se asocia a la no dependencia del dinero. Esto quiere decir dejar de esforzarse al máximo para conseguir unos ingresos cada vez más y más elevados y, en su lugar, centrarse en lo importante. Pero, ¿qué es lo importante? Básicamente aquello que te conduce a la felicidad: montar un negocio, realizar un gran viaje, etc.

Más tiempo libre

Para la persona minimalista no hay nada más valioso que el tiempo. Al enfocarse en lo esencial y orientarse a las cosas importantes de la vida, el resultado es más tiempo libre para disfrutar con nuestros seres queridos y, en definitiva, para un mayor bienestar personal.

Menos estrés

El minimalismo es incompatible con el estrés y las preocupaciones del día a día. Deshacerse de lo innecesario, ser práctico y, en definitiva, llevar una vida más sencilla son actuaciones que liberan de la ansiedad y otras condiciones que pudieran enturbiar nuestro día a día.

¿Qué transmite el minimalismo?

Pensar en el minimalismo es imaginar líneas rectas, elementos mínimos, espacios diáfanos, formas simples y en materiales industriales. Es una corriente que transmite practicidad, simplicidad y orden. El minimalismo es desapegarse de los objetos materiales, de aquello que, en realidad, no te hace falta. ¿Para qué conservar por más tiempo esos muebles del trastero si tienes claro que no vas a usarlos? ¿Qué hay de ese jersey que hace varios años que no te pones? ¿A qué esperamos? Una regla del minimalismo es que si algo entra, algo tiene que salir. Así evitaremos la acumulación de objetos innecesarios. Nadie es más feliz por tener más posesiones. Este estilo de vida se aleja, así, del consumismo, que se ve como una especie de esclavitud. Aunque no seas consciente, los objetos materiales no son el camino a la felicidad, sino todo lo contrario. Estos te apartan de lo importante y no te dejan ver. La felicidad arranca en las experiencias, en disponer de más tiempo para uno mismo y para los demás, en cuidar las relaciones personales, en valorar lo que uno tiene, que es mucho.

Pero también la idea del minimalismo se asocia con la sostenibilidad, un concepto que en Cero Residuo siempre tenemos presente. Ser minimalista es ser un consumidor consciente. Esta capacidad de vivir con lo justo y necesario va más allá porque conduce a una reflexión mucho más profunda. Al practicar el desapego de lo material, nos hacemos más preguntas sobre cada artículo que entra en nuestra casa. ¿Cuáles han sido las condiciones de trabajo de quienes han fabricado el producto? ¿La empresa tiene conciencia medioambiental y es respetuosa con el entorno? ¿Qué materiales se han empleado en el artículo? ¿Incorpora componentes químicos y contaminantes? No cabe ninguna duda: el minimalismo y la sostenibilidad son dos términos que van de la mano.

¿Cómo son los minimalistas?

Conocer un poco más de qué va el minimalismo nos lleva a querer averiguar cómo es una persona minimalista. Una de las características más notables de quien ha decidido seguir esta filosofía es el orden. Ser minimalista es ser alguien con tendencia a llevar una vida ordenada. Son personas que viven únicamente con lo que necesitan, de ahí que les guste llevar un control de sus posesiones. También el ahorro es una máxima para los minimalistas. Vivir con lo justo no tiene nada que ver con ser tacaño o estar en la miseria. Nada de eso. Significa huir de la corriente consumista para identificar cuáles son sus prioridades y, posteriormente, gastar el dinero en aquello que aporte valor y calidad de vida.

Ser minimalista está relacionado con una mayor productividad y proactividad. Eliminar las distracciones y lo innecesario repercute positivamente en nuestro trabajo, dado que favorece el cambio de enfoque. Esta visión desecha las tareas que no aportan y se centra en las que sí agregan valor al proceso. También una persona minimalista es más práctica, precisamente porque ha aprendido a vivir con lo esencial, de manera que consigue lo mismo, pero con menos cosas. Por último, sabe decir “no”, un hábito que no solo nos libera, sino que nos aporta paz interior. Los minimalistas no tienen miedo de decir “no” a las personas tóxicas que no brindan nada a su vida y también a aquellos proyectos que les impiden avanzar hacia su objetivo.

¿Cómo empezar a ser minimalista?

Aunque el minimalismo ensalza la sencillez, en realidad no es fácil iniciarse en esta doctrina. Salirse de la vorágine del consumismo, de las responsabilidades y del estrés del día a día y de la saturación de información no es sencillo. No obstante, puede que sea exactamente lo que necesitas si precisas un cambio aquí y ahora. Al final, todo consiste en empezar. He aquí algunos consejos para llevar un estilo de vida minimalista o, al menos, para intentarlo:

Deshazte de las cosas que no te hacen falta

Elimina todos aquellos artículos superfluos que no te hacen falta para vivir. Solemos acumular muchas cosas en casa que hace bastante que no tienen uso. Deshazte de estos objetos y ganarás en espacio, en orden y en paz.

Compra menos cosas

Ahora que ya has practicado el desapego y dispones de más espacio en casa, ¡no tengas prisa por volver a llenarlo! Recuerda que cada cosa debe tener un uso concreto. Tampoco olvides aquello de que si algo entra, algo debería salir. Así aprenderás a ser más selectivo a la hora de comprar.

Colecciona experiencias y no cosas

Una de las claves del minimalismo es acumular experiencias y cultivar las relaciones personales más que almacenar y almacenar cosas. Lo verdaderamente importante no es lo material, sino tus familiares, tus amigos, tu pareja y, por supuesto, tus sueños. Enfócate en lo que te hace feliz, que muy pocas veces suele ser algo tangible.

Valora tu tiempo

El tiempo se esfuma, así que más vale administrarlo bien. Tú tienes el poder para decidir qué es prioritario y qué puede esperar.

No hay una receta mágica ni una verdad absoluta para empezar a ser minimalista. Cada persona es diferente y tiene sus propios objetivos. Todo comienza con un cambio de percepción. Cuéntanos, ¿qué consejo darías a quien desea iniciarse en el minimalismo?